viernes, 26 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

O caca.

Volvía de unas geniales vacaciones  por Brasil. Tudo bom, tudo legal. Para peor yo no soy un tipo de esos que necesitan de Activia ni otras yerbas para poder ir a cagar como dios manda. La mañana de la vuelta amanecí y me clavé un "café da manhá" de esos que tienen todas las frutas que existen, yogur, café con leche y mil boludeces mas. Mi novia por otro lado, es mas cautelosa a la hora de comer. El tema fue que después de desayunar, fui al baño e hice mis necesidades cosa de viajar bien livianito. Acusé "estoy hecho una gacela", me reí y emprendimos la vuelta.

Lo peor estaba por venir. Subimos a un micro que nos llevaba a la terminal de San Pablo y nos sentamos en uno de los últimos asientos. Nada, estaba perfecto.

En la primer parada, mi novia me invita un heladito de agua. Uff pan comido. Lo terminé y absolutamente nada. Mi novia se quedó dormida al instante y fue en ese momento donde lo sentí. Burbujeante estomago parecía que iba a explotar. Apreté. Apreté bien fuerte. Las gotas comenzaron a rodar por mi frente. Ella seguía dormida mientras yo moría por dentro. Era la muerte propiamente dicho. Me pasé, fácil, dos horas reloj aguantando. Mi novia se despertó y me encontró sentado al filo de mi butaca, con las manos sosteniendo el apoya-cabeza del asiento de adelante. Entre dormida me acarició y le pedí que bajo ninguna circunstancia volviera a ponerme un dedo encima. Era dinamita pura. No aguanté mas. Lo peor que me puede pasar es cagar fuera de mi casa. Estaba sufriendo la peor tortura: cagar en un bondi brasilero lleno de extranjeros. Fué. Agarré las toallitas esas de bebe que sirven para limpiarte el tujes y con el pantalón casi por las rodillas entré en el puto bañito. No puedo explicarles la sensación de alivio extremo que sentí. Ok, me quedé algo de veinte minutos sentadito (y sin diario!!!!) por lo que se formó una extensa fila para entrar después de mi.

Agua y ajo, quien les escribe hizo sus necesidades y ya no corría ningún apuro. Salí con la frente en alta y en la parada siguiente me comí un paquete de galletitas.

Yo 1, la caca 0.