jueves, 9 de diciembre de 2010

Louis vuitton


Fraternidad de la caca. Una nueva me ha llegado y hoy la desparramo con uds.
Manteniendo el anonimato de dicha persona, la misma será apodada: "Luisito".


Luisito tendía a llegar arruinado a su casa después de la rutinaria ronda de bares. Salida con amigos y botellas, típico. Mas de una vez luisito llegó a su casa en estado catastrófico por lo que vomitó varias partes de la casa de sus padres en diferentes ocasiones. Pero esta vez fue diferente. Esta vez Luisito se fue a la mierda!

Llegó totalmente desorbitado y moría de ganas de cagar. Cagar pero de un modo tal que se le caía la caca al caminar. El estado de ebriedad lo llevó a cometer un hecho muy poco particular. Luisito no recuerda bien aquella noche. Pero es consciente total de lo que sucedió la mañana siguiente. Su madre lo levantó de la cama con muy mala cara. Luisito no entendía bien que pasaba, la resaca lo tenía muy mal como para saber de que se trataba. Siguió a su mama al jardín del frente de la casa. Ella indignada señaló flor de torta que se encontraba en el pasto y le dijo a su hijo:




"Luisito, esta caca no es de perro..."






"Les juro que yo no fuí" (Ramona dixit)

domingo, 5 de diciembre de 2010

Caca laboral.

Terrible. Fue hace poco y nada. En el lugar donde trabajo hay solo un toilette (baño con bacha e inodoro) que consta de papel y varios Poett. Es de ese que está debajo de una escalera, super chiquitos que cuando te sentás, las rodillas te chocan contra alguna pared. Para peor el inodoro es de esos que uno hace sus necesidades (caca) y esta misma pasa por dos instancias:

1. Un pseudo escalón que dejan la caca casi acariciándote el orto. Una cagada.
2. El fondo mismo, que sería el agujero donde se termina evacuando la materia fecal (caca nuevamente).

Me pasé algo de dos meses tratando de no ir al baño a "hacer número 2". Pero todo tiene un fin y el día del juicio final llegó. Lo peor es que venía comiendo mucho choclo y salió de esas cacas llenas de granos amarillos. Un asco. La torta tenia consitencia pegajosa por lo que quedó aferrada al puto escalón inodoristico. Por ende, el "limpia frenadas" pasó a ser utilizado como un "empuja caca". Barrí la mousse de chocolate y choclo al fondo y recién después pude limpiar la frenada.

El Poett game over.

Le ruego a dios y todos los santos que no me vuelvan a agarrar ganas...una cagada!

¿Tein milho? ¡Teeeeein!


El culpable: el inodoro con escalón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

O caca.

Volvía de unas geniales vacaciones  por Brasil. Tudo bom, tudo legal. Para peor yo no soy un tipo de esos que necesitan de Activia ni otras yerbas para poder ir a cagar como dios manda. La mañana de la vuelta amanecí y me clavé un "café da manhá" de esos que tienen todas las frutas que existen, yogur, café con leche y mil boludeces mas. Mi novia por otro lado, es mas cautelosa a la hora de comer. El tema fue que después de desayunar, fui al baño e hice mis necesidades cosa de viajar bien livianito. Acusé "estoy hecho una gacela", me reí y emprendimos la vuelta.

Lo peor estaba por venir. Subimos a un micro que nos llevaba a la terminal de San Pablo y nos sentamos en uno de los últimos asientos. Nada, estaba perfecto.

En la primer parada, mi novia me invita un heladito de agua. Uff pan comido. Lo terminé y absolutamente nada. Mi novia se quedó dormida al instante y fue en ese momento donde lo sentí. Burbujeante estomago parecía que iba a explotar. Apreté. Apreté bien fuerte. Las gotas comenzaron a rodar por mi frente. Ella seguía dormida mientras yo moría por dentro. Era la muerte propiamente dicho. Me pasé, fácil, dos horas reloj aguantando. Mi novia se despertó y me encontró sentado al filo de mi butaca, con las manos sosteniendo el apoya-cabeza del asiento de adelante. Entre dormida me acarició y le pedí que bajo ninguna circunstancia volviera a ponerme un dedo encima. Era dinamita pura. No aguanté mas. Lo peor que me puede pasar es cagar fuera de mi casa. Estaba sufriendo la peor tortura: cagar en un bondi brasilero lleno de extranjeros. Fué. Agarré las toallitas esas de bebe que sirven para limpiarte el tujes y con el pantalón casi por las rodillas entré en el puto bañito. No puedo explicarles la sensación de alivio extremo que sentí. Ok, me quedé algo de veinte minutos sentadito (y sin diario!!!!) por lo que se formó una extensa fila para entrar después de mi.

Agua y ajo, quien les escribe hizo sus necesidades y ya no corría ningún apuro. Salí con la frente en alta y en la parada siguiente me comí un paquete de galletitas.

Yo 1, la caca 0.